Te dejo dormida
y un pedazo de mí yace a tu lado,
como este poema que sueña serlo,
sueña admitir que yace a tu lado.
Dormimos bien juntos,
y que mal dormimos solos.
Este poema yace a tu lado,
duerme, sueña, canta,
a tu lado,
y sabe bien cuales son tus sueños,
porque sin tus sueños
mi cama es dura,
sin tu calor mi cama es fría,
sin tu piel mi cama es áspera.
Entonces este poema
decide despertarte,
y yo despierto,
y palpo mis pieles,
mis huesos
y palpo tus pieles,
tus huesos.
Dormimos bien juntos,
pero que mal dormimos solos,
es que somos un sueño,
un poema,
un calor entre frazadas,
un suspiro náufrago,
una piel, un hueso, un dolor,
el dolor, aquel de sentirnos solos
solos y dormidos.
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