lunes, 11 de diciembre de 2006

¿Qué es el deseo?

Que es el deseo, dime,

penetra en mi cuerpo,

como ansían mis poros

fundirse con los tuyos.

Bebe de mi sangre,

agita mi corazón

como a un cascabel

sosten entre tus manos

la fibra de mis pulmones jadeantes,

enseña el camino prohibido

a mis manos.

Responde, cuerpo suave,

tibieza, delirio táctil,

pedazo de senos difusos,

caderas excitantes,

si respiro como tu respiras,

si me tocaras como yo te toco

como no vas a desearme.

Si acaso mis manos revelan

tu plenitud al recorrerte,

mis labios al reconocer cada uno

de tus benditos poros,

dime, ¡!por la cresta¡¡

y sin mentirme, ni mentirte,

si acaso fueras yo

no desearías tocarte,

abrirme tu cuerpo,

perder el control

hasta incluso darte miedo,

¡no¡, ¡no¡

para ti nadie reserva

esa dicha tan mía,

de saber

que nos dejaremos caer,

quebrarnos uno al otro,

derramar el agua

que contiene nuestra botella.

Déjame, ya basta,

¿si?, mejor guardate pa’ otro,

cuando ya sólo rías al recordar

tus miedos de esas noches,

y tal vez hasta rías al recordarme.

Cuando sólo queden sombras,

Destellos de lo que fuimos

para ti,

mi deseo y yo,

por ti,

cuando desees tú,

y me preguntes

a mí,

al sordo, el descontrolado

el de aquellas noches,

qué es el deseo,

y cuando seas flor, mariposa,

poema, verso y caricia,

en fin,

cuando valores esto,

cuando descubras

que hubo amantes... y yo

el loco, el sexo maníaco,

entonces, y sola ahí,

podrás desear, como yo te deseo,

amar, como te amo,

sin límites, sin peros,

a corazón y cuerpo,

desnudos,

con el alma una mano,

y el deseo de fusión

en la otra.

Pero hasta entonces,

Serás sólo una aprendiz

... pequeña, princesa mía.

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